sábado, 21 de abril de 2007

Flensburg-Kiel: balonmano de muchos quilates

Esta temporada los conjuntos alemanes han dado una auténtica lección de balonmano y han demostrado que la Liga ASOBAL no es, como muchos dicen, la mejor liga del mundo. Prueba de ello es que Flensburg y Kiel se han plantado en la final de la Liga de Campeones, superando a rivales españoles, Valladolid y Portland San Antonio, respectivamente. Muchos pensaran en la suerte o en circunstancias coyunturales, pero lo cierto es que ambos equipos son justos finalistas y han ofrecido un balonmano de auténtico lujo y prometen una final de mucho nivel.

Empecemos haciendo una radiografía del Flensburg, que esta temporada se ha convertido en el verdugo de los equipos españoles, ya que ha dejado en el camino a Barcelona y a Valladolid. El equipo que entrena Kent-Harry Andersson tiene un potencial increíble, y cuenta con varios jugadores de clase mundial, de lo mejorcito en sus posiciones. La base del equipo tiene origen nórdico, por lo que los suecos y, sobretodo, los daneses, son los verdaderos protagonistas. Aunque la columna vertebral de este temible equipo se basa en tres pilares:

-El central danés Joachim Boldsen, el cerebro encargado de distribuir el juego ofensivo del equipo y de lanzar cuando el equipo lo necesita. Aunque el gol no es su principal característica, el danés ha marcado 38 goles en la competición europea.

-El lateral izquierdo croata Blazenko Lackovic, un auténtico cañonero con un brazo armado siempre para lanzar. Tiene una movilidad y un salto excelentes, y si tiene un día inspirado es imparable. Él solito se encargó de solucionar la eliminatoria de octavos frente al Celje, marcando 8 goles en cada partido.

-El extremo izquierdo danés Lars Christiansen, toda una garantía por ser un prodigio de jugador que combina velocidad, técnica impecable y efectividad. Es una de las referencias en el ataque germano y el tercer máximo goleador de la competición con 73 tantos. En Barcelona se acuerdan de él porque en la ida de los cuartos les marcó la friolera de 13 goles.

Además, el Flesburg cuenta con varios complementos que conforman un cuadro muy equilibrado: un primera línea brillante como el polaco Marcin Lijewski (segundo máximo goleador del equipo en Champions con 48 goles); los noruegos Jan Thomas Lauritzen y Johny Jensen; los daneses Soren Stryger (magnífico extremo derecho), Kasper Nielsen y Michael Knudsen (ojo con este pivote que es de lo mejorcito del mundo); y, por último, el alemán Franck Von Behren.


Por su parte, el THW Kiel no se queda atrás. El equipo de Zvodimir Serdasuric ha dejado en la cuneta a equipos como el Chambery francés, el temible Veszprem húngaro y a nuestro Portland San Antonio. Además, lidera la potente Bundesliga, por lo que su llegada a la final no es en absoluto fruto de la casualidad. Si en el caso del Flensburg la base del equipo la forman jugadores daneses, en ésta ocasión son los suecos los que son mayoría.

De hecho, casi la mitad del equipo tiene su origen en Suecia (siete de los diecisiete jugadores), y cuatro de ellos forman parte de la columna vertebral de este equipo: los laterales Kim Andersson (menudo futuro tiene este chico, segundo máximo goleador del equipo en la competición, con 63 tantos) y el veterano Stefan Loevgren (57 goles); el extremo izquierdo Henrik Lundstrom (62 goles) y el pivote Marcus Alhm (46 goles).

Pero la clave de la solidez de este equipo pasa por la portería. El conjunto alemán tiene la mejor pareja de porteros del mundo (con permiso de Arpad Sterbik-José Javier Hombrados), la envidia de cualquier equipo que pudiera alinear indistintamente al alemán Henning Fritz y al francés Thierry Omeyer. Cualquiera de los dos es una garantía bajo los palos, están curtidos en infinidad de grandes citas y pueden ser decisivos para decantar la balanza de la final hacia el lado del Kiel.

La otra pieza fundamental de este equipo es un jugador francés pero de origen serbio, Nikola Karabatic, en mi opinión el mejor lateral izquierdo del mundo. Es la máxima referencia del ataque teutón y el máximo goleador del equipo (72 goles, incluidos 10 en el partido decisivo que eliminó al Portland). Tiene un brazo temible que ejecuta verdaderos torpedos, imparables para cualquier portero. Posee una movilidad y un salto magníficos y, lo mejor de todo, le gusta tener el balón en los instantes decisivos. Una auténtica garantía.

Completan este excelente conjunto grandes complementos como los alemanes Christian Zeitz y Dominik Klein, el danés Lars Jeppesen (muy conocido por su pasado azulgrana) y el esloveno Vid Kavticnik. Sin olvidar el reciente fichaje del pivote español Andrei Xepkin, recuperado de su retiro para disputar los partidos más importantes de la temporada.

Ante semejante constelación de estrellas, se presenta una final de lo más igualada y no me atrevería a hacer un pronóstico fiable. A priori, el Kiel parte con cierta ventaja por jugar el partido de vuelta en casa, pero en este tipo de finales, el factor cancha no es tan decisivo como el rendimiento que puedan dar las estrellas en los instantes calientes. La suerte está echada. Que gane el mejor.

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